Punto de partida: el anuncio de Valve en septiembre 2013. Van a sacar una distro Linux con su tienda de juegos incluida, en la que funcionarán todos los juegos para Linux de la tienda, y que podrá retransmitir un juego que corre en tu otra máquina con Windows, vía red local, a la tele. Van a certificar a fabricantes de hardware para que saquen cacharrería con esto instalado.
Tengo fe en una cosa:
- Van a tener éxito. Lo creo, porque no creo que éxito se defina como empezar a comer cuota de mercado a PS y Xbox y ser vistos como una alternativa potente. Sino que éxito se define como no perder pasta y tener un crecimiento modesto. Dentro de un año Valve ganará dinero y la gente se seguirá riendo de este locurón, como se rieron de Steam para Linux.
Si eso se cumple, tengo dos cosas claras:
- Va a ser muy bueno para el mercado de los juegos. Partimos de que el mercado de videojuegos, de un lado, tenemos el caos de Windows, y del otro lado la pesadilla orwelliana (y extremadamente inmovilista en lo creativo) de las consolas. Valve se está poniendo en medio: intentando sacar hardware donde tu juego funcione sí o sí, pero rompiendo el control del fabricante de las consolas. Por no mencionar otros detalles aperturistas: el mando hackeable, los juegos que se pueden compartir con otros usuarios, la vida fácil que Valve siempre ha hecho a los indies por comparación con MS y Sony. Valve le está haciendo un Android a los videojuegos. Y eso es tan bueno como Android fue en el mercado de móviles.
- Va a ser bueno para Linux: Nvidia tardó un día desde el anuncio de Valve en anunciar mejor soporte para Linux. Nuff said.
Pero hay una última cosa que no tengo nada clara:
- ¿Esto va a ser bueno para el movimiento del software libre? ¿Que Linux se popularice gracias a un cuasimonopolio que vende juegos propietarios con DRM? ¿Venderemos el alma al diablo?
Escribí en mi blog que los juegos son el único campo donde hago una excepción a la preferencia por lo libre. Aunque algunos de los valores del software libre son aplicables (estudiar, compartir) otros no tienen sentido cuando se habla de juegos (mejoras continuas, romper el vendor lock-in, forks) y otros se cumplen aunque el código no sea libre (comunidad). Pero el monopolio de Valve y el DRM sí me preocupan: sólo puedo tragarlos pensando que son menos malos que la pesadilla distópica de las consolas.